El neoclasicismo se inspira en las formas grecorromanas. Trata de relacionar los hechos del pasado con los acontecimientos de su propio tiempo. Cuando los movimientos revolucionarios establecieron repúblicas en Francia y América del Norte, los nuevos gobiernos republicanos adoptaron el neoclasicismo como estilo oficial porque relacionaban la democracia con la antigua Grecia y la República Romana.
La moda neoclásica, que tiene su mayor desarrollo en Francia, obedece completamente a los aspectos antes mencionados; de hecho, la moda se convirtió en un medio de propaganda ideológica. Los revolucionarios manifestaban su rechazo a la vieja sociedad vistiendo prendas de las clases bajas; aquellos que llevaban complicados y extravagantes trajes eran considerados enemigos de la revolución.
El hombre pasa del traje a la francesa, confeccionado con ricos y vistosos tejidos de seda y formado por casaca, chupa y calzón; por el burgués, compuesto de prendas más sencillas, que daban más libertad de movimiento y reflejaban menos las desigualdades sociales.
En lugar de la seda se prefieren tejidos más simples como el algodón y la lana, al igual que un colorido monocromo y oscuro.
La casaca se va haciendo más estrecha al cuerpo y mangas y el cuello va subiendo.
La chupa es la única prenda en la que se permiten decoraciones, no lleva mangas, es recto y llega a la altura de la cintura.
El calzón se ve sustituido por un pantalón muy ceñido y metido en botas altas.
Como abrigo llevan la capa o el capote, pero también el redingote, que es una especie de abrigo.
Las pelucas desaparecen y se vuelve una época de pelo corto. En cuanto a sombreros, el bicornio sustituirá al tricornio, y en Inglaterra surgirá el de copa.
Para la mujer estaba el vestido camisa (chemise), con una silueta vertical que emula a las estatuas clásicas, hecho de muselina blanca y que al no llevar artilugios interiores proporciona sencillez y libertad de movimientos.
Otras telas empleadas fueron el linón, el percal y la gasa, preferidas debido a su ligereza y transparencia.
Los colores predilectos eran blancos y grises, para expresar austeridad y elegancia racional.
No se usaba corsé ni guardainfante, hasta 1804 se empezó a usar un nuevo tipo de corsé sin ballenas, menos rígido.
Para acompañar al chemise, existían unos jubones cortos llamados spencer y unos chales muy estrechos.
Los zapatos son planos, y el pelo corto y rizado, o recogido con un moño con
guedejas, imitando a las mujeres clásicas.
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BIBLIOGRAFÍA
-KALONIKO, La Historia del Traje, Editorial Diana, México, 1992.
-KOHLER, A history of costume, Dover Plublications Inc, New York, 1928.
FUENTES ELCTRÓNICAS
–http://museodeltraje.mcu.es/downloads/Moda-1808.pdf
–http://www.historiadeltraje.com.ar/neoclasicismo.html
–http://modadossiglosatras.blogspot.mx/2012/03/el-neoclasico.html